Dentro del tema en el desarrollo la persona, se ha venido mencionando en los diferentes artículos que hemos presentado en nuestra revista Volición, y que se han aportado que desde el área del psicoanálisis Freudiano, que la estructura del Yo en el niño es totalmente soportado por la madre y el padre, donde ambos van dando el apoyo y las herramientas tanto emocionales como psicológicas, para que éste logre tener una estabilidad emocional dirigida desde una seguridad de si mismo, dicho de otra manera, es a través del amor y los cuidados como el niño obtendrá la seguridad que le otorga la tranquilidad y por lo tanto, calmará la angustia y la falta con la que el niño nace, esto es que en la familia estable y amorosa el niño tendrá la seguridad que mamá podrá irse pero que también regresará, tendrá entendido que no importa que adversidad pueda tener ya que estará su padre para ayudarlo y resolver la problemática, es así como este soporte del que ya hablamos le dará dentro de este desarrollo y en su crecimiento, sabrá que así como los padres han venido resolviendo las faltas y problemáticas que se han presentado en su momento será él, responsable por resolverlo por si mismo y además, tendrá la certeza que el mismo tiene la capacidad de hacerlo dado que tiene la enseñanza de sus padres de que toda adversidad tiene solución y que de hecho de intentarlo y que no lo logre resolver tiene a sus padres que le darán la solución que el busca.
Ahora viene esta contraparte, cuando el desarrollo que estamos mencionando, aunado del soporte, no están en el niño; esto quiere decir que, el niño se encuentra con situaciones adversas y no tiene el apoyo de sus padres que le ayuden a resolver, esta falta de solución genera a una persona insegura, esto quiere decir que las personas que tienen miedo a la vida es porque no tienen un ejemplo como tal de solución y no saben, ni se imaginan si acaso intentan algo nuevo que hacer si acaso lo que buscan no sucede como tal.
Por tal motivo el resultado de esta falta de soporte genera las siguiente s características de una persona insegura tales como:
Miedo al rechazo: Constantemente teme ser rechazada o no aceptada por los demás.
Ansiedad: Experimenta nerviosismo o preocupación excesiva, especialmente en situaciones sociales o de evaluación.
Baja autoestima: Tiene una percepción negativa de sí misma, sintiendo que no es lo suficientemente buena o capaz.
Dependencia emocional: Busca constantemente la aprobación o validación de los demás para sentirse valiosa.
Vergüenza: Tiende a sentirse avergonzada por errores pequeños o por mostrar vulnerabilidad.
Autocrítica excesiva: Analiza y critica sus acciones de manera desproporcionada, incluso en situaciones insignificantes.
Dudas constantes: Le cuesta tomar decisiones porque teme equivocarse.
Comparación con los demás: Suele compararse desfavorablemente con otras personas, sintiendo que nunca está a la altura.
Distorsión de pensamientos: Percibe críticas o juicios donde no los hay, lo que refuerza su inseguridad
Evitación de riesgos: Evita enfrentar situaciones nuevas o desafiantes por miedo al fracaso.
Pasividad: Tiende a no expresar sus opiniones o necesidades para evitar conflictos.
Exceso de complacencia: Hace lo posible por agradar a los demás, incluso a costa de sus propias necesidades o deseos.
Perfeccionismo: Busca estándares imposibles de alcanzar como una forma de compensar su inseguridad.
Dificultad para recibir críticas: Se siente atacada o desmotivada ante comentarios constructivos.
4. Sociales
Introversión o aislamiento: Prefiere evitar situaciones sociales por miedo a ser juzgada o rechazada.
Falsa modestia: Niega o minimiza sus logros para evitar destacar o atraer atención.
Falta de asertividad: Tiene dificultad para defender sus ideas o establecer límites claros en las relaciones.
Lenguaje corporal retraído: Mantiene posturas encorvadas, evita el
contacto visual o se mueve con inseguridad.
Tics nerviosos: Puede manifestar comportamientos como morderse las uñas o jugar con objetos cuando se siente incómoda.
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