En México se celebra dentro de un marco de fe, los días 2 de febrero de cada año el día de la Virgen de la Candelaria, lo que implica la presentación de Jesús en el Templo y de la Purificación de Nuestra Señora después del parto, es decir, una vez transcurridos los cuarenta días después del nacimiento de Jesús, debía ser llevado al Templo de Jerusalén para ser presentado.
En ciertos hogares católicos de familias mexicanas, prevalece la tradición de colocar los nacimientos, en el que, desde luego el centro de este, es el "pesebre", representando el nacimiento de Jesús el 25 de diciembre, para posteriormente el 2 de febrero, sea “levantado el niño Dios”, tradición que implica el vestir al Niño Jesús con ropa especial y lo llevan al templo para ser presentado.
A continuación, comentaremos algunas recomendaciones sobre cómo se debe vestir al Niño Dios el Día de la Candelaria a efectos de llevarlo a su presentación, según encontramos en las sagradas escrituras en los textos denominados “La Purificación de la Virgen María y el de la Presentación del Nino Jesús en el templo de Jerusalén”.
La imagen del Niño Dios debe ser tratada con veneración, no como un juguete.
Si se le trata de manera irrespetuosa, puede perder la bendición y se comete sacrilegio.
Utiliza vestidos o trajes de alguna advocación de Jesús, pues vestirlo de santo, de ángel o de pontífice, es un error.
No es necesario cambiarle de vestido o traje cada año.
Trajes o vestidos para vestir al Niño Dios aprobados por la Iglesia católica.
Niño de las Palomitas (vestido que nos recuerda las palomitas que se llevaron en su presentación).
Nazareno (porque Jesucristo fue Jesús de Nazaret).
Sagrado Corazón (que nos muestra su gran amor).
Señor de la Misericordia (que nos enseña a ser misericordioso).
Cristo Rey (para trabajar con amor por su reino).
Cristo Sacerdote (para recordar que Él nos dejó los sacramentos).
Buen Pastor (que ha dado la vida por nosotros).
Niño de Atocha (protector de los caminantes).
Divino Niño Jesús (muy querido por las catequistas).
Niño de la Salud (a quien le encomendamos nuestros enfermos).
Y no es que yo sea un aguafiestas, pero, en este marco se deben hoy pagar los tamales a quienes el 6 de enero les tocó en la rosca de reyes la representación del niño Dios.
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