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¿POR QUÉ APOSTARLE A LA BUENA EDUCACIÓN COMO PRIORIDAD NACIONAL?

Foto del escritor: Joel Mauricio Rosales ChávezJoel Mauricio Rosales Chávez

Actualizado: 15 abr 2024

Siempre he dicho que, la educación es un proceso que empieza por la casa, en el hogar, continúa en las instituciones escolares y termina en la misma morada, aparte de considerar, de manera personal que, educación y valores, son una especie de pleonasmo porque nos ayudan también a los adultos que fungimos como padres de familia o tutores, a preparar seres humanos para la vida en cada uno de sus procesos de maduración, así como también la preparación genuina para que las personas a nuestra custodia, lleguen a independizarse y a solucionar sus propias problemáticas, situaciones de experiencia progresiva que se dan a través de la precisa instrucción y acompañamiento para llegar asumir las propias responsabilidades que, en cierta temporalidad de desarrollo y crecimiento, se toma la decisión de independencia y para ese entonces, las bases educativas ya deberían estar bien cimentadas. 


También, es necesario aclarar que, esta medular palabra, tiene sus ramificaciones; entonces existe educación para todo… Es por ello que, en la actualidad, justamente ahora que estamos en campañas políticas en México, me encantaría que los grupos de personas que andan contendiendo en la política para conseguir la presidencia nacional, abrieran más los ojos a través de una lupa menos empañada, congruente con la realidad, y enfocaran más a la EDUCACIÓN como prioridad nacional, ya que sin ella, cualquier sujeto que carezca de este accionar, está dispuesto a cometer todo tipo de daños que, mientras se sigan propagando como un cáncer, seguiremos estando, de manera progresiva degenerativa, propensos a sufrir y convivir con seres humanos carentes de valores, de conciencia, de principios, con falta de profesionalismo, de liderazgo y falta de criterios, así como la carencia de preparación genuina para confrontar las competencias y altos niveles de calidad mundial; entonces, seguiremos generando personas no idóneas para ejercer liderazgos tan importantes en cualquier ámbito y así crearemos también una errónea cultura que, sin duda, será cada vez más perjudicial para este mundo ya que se seguirán transmitiendo estos vicios y costumbres de  generación tras generación.  


Es triste ver cómo, para ganarse votos para llegar al poder en la política actual, aunque esa palabra no debería de asustarnos porque tiene una excelsa definición (hacer el bien común), existen carencias de propuestas y de valores a través de proyectos que beneficien a los seres humanos que, en ocasiones, nos creemos de la voz bañada en demagogia y dejamos de lado las acciones carentes de palabra; por consiguiente, esa también es una mala educación, dicotomía polarizada que nos invita a creer en lo bueno a costa de malas intenciones al momento de querer desprestigiar ideologías y personas, familias y familiares, queriendo echar culpas del pasado cuando el futuro se nos viene encima… Lo ideal sería ejercer el valor universal, el respeto al derecho ajeno, porque cuando es nulo eso, eso es una gran falta de educación integral que atenta a la salud social. 

La buena educación formal, desde mi lupa desempañada, es el antídoto fundamental para contrarrestar cualquier anomalía social, cualquier extravagancia donde estén involucrados aquellos seres humanos que así lo necesiten, entonces… ¿por qué no invertirle y priorizar a la educación como vital proyecto nacional? Y no me refiero solamente al gobierno, sino empezar por el núcleo social que es la familia. Proyecto principal al que muchas culturas exitosas de este mundo han puesto como eje central para que todos los demás rubros giren en torno al desarrollo y crecimiento de una nación a través de una buena preparación en las personas, de buenos principios y valores, de un mejor patriotismo, personas con mayor y mejor conocimiento científico avanzado y coherente con la realidad, personas más humanas y civilizadas, mismas que generen humanismo y comunidad, comunicación efectiva, con mejor civismo, personas sanas e integrales en todos los rubros, tanto físico, nutricional, intelectual, social y psicológicamente sanas, y por qué no decirlo, también se necesita la espiritualidad para poder tener fe en los ideales que cada ciudadano se propone, entre muchos otros buenos aspectos de los que estamos formados los seres humanos.


Existe un dicho entre arquitectos en donde se menciona que, es más fácil derribar una casa ya vieja y con bastantes anomalías, grietas y daños para volver a construir, cimentar y edificar, para así, poder hacer una estructura de mayor impacto y resistencia, con mayor solidez y con materiales de vanguardia para que su producto firme quede como una construcción protectora para cualquier inclemencia o adversidad que la pudiera derribar en un corto, mediano y largo plazo. 


Entonces, ¿por qué no derribar paradigmas, ideologías ortodoxas, degeneraciones que afectan a la población y líderes mal educados en vez de apostarle a la buena educación para un abundante progreso global?


Las personas que matan, que roban, que se burlan de los demás, las personas que mienten, que desprestigian, que aventajan, que no conviven sanamente, las personas que abusan de su autoridad, que engañan, acosan, que violan, secuestran, las personas que se enriquecen de manera ilícita, las personas carentes de responsabilidad, de conciencia y falta de criterio perjudicando a las comunidades, las personas que transan, que tergiversan la información, que mienten, que no producen, las personas negativas carentes de actitudes positivas, que buscan beneficios sin oficios, las personas que no trabajan, que no les cuesta ganarse sus propios logros, las personas con faltas a sus juramentos y faltas de palabra, las personas que no transitan en ética y valores, que no estudian, que no quieren al país, las personas negativas que no le dan valor a la vida, las personas que perjudican a la niñez y que no conservan y no quieren a la biodiversidad, entre muchos otros aspectos a educarse y tipos de personas que llevan el cáncer de la ignorancia, son personas mal educadas, sin una buena educación; entonces… ¿Por qué no apostarle a la buena educación en un tránsito de ética y valores como prioridad?

2 Comments

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Guest
Apr 17, 2024
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Como nación y como sociedad, vivimos en un tiempo de inflexión.

Como individuos y como comunidad, necesitamos sumar nuestra voz y acciones a fortalecer esta propuesta de " apostarle a la buena educación en un tránsito de ética y valores".

Porque estoy de acuerdo en que solo así lograremos curarnos del cáncer que se esparce dentro y fuera de nuestros hogares, el de la apatía y la ignorancia.

La lucha por el poder de la clase gobernante y los intereses de los sectores, nos han mostrado que a un país no basta con darle libertad, hay que enseñarle a usarla y a una sociedad no basta con darle educación, hay que enseñarle cultura.

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Guest
Apr 17, 2024
Rated 5 out of 5 stars.

La educación es el pilar principal de toda interacción humana, excelente análisis:)

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