Como abogada y ciudadana de una ciudad fronteriza tan dinámica como Ciudad Juárez, he aprendido que el derecho y la política no operan en aislamiento. Vivimos en un mundo interconectado donde las decisiones que se toman más allá de nuestras fronteras tienen un impacto directo en nuestras vidas, nuestra economía y nuestro futuro como nación.
Por esta razón, la política internacional ya no es un tema exclusivo de especialistas o diplomáticos. Es una herramienta crucial para entender cómo México interactúa con el mundo y cómo ciudades como la nuestra, situadas estratégicamente en la frontera con Estados Unidos, pueden beneficiarse o sufrir las consecuencias de estas interacciones.
En los últimos años, hemos visto cómo México intenta encontrar su lugar en un entorno global caracterizado por tensiones económicas, crisis migratorias y transformaciones ideológicas. Nuestro país parece avanzar hacia una mayor socialización en su política, adoptando posturas más alineadas con la redistribución de recursos y el fortalecimiento del Estado en sectores estratégicos. Aunque estas decisiones buscan responder a problemáticas sociales internas, no podemos ignorar que las políticas globales avanzan a un ritmo acelerado, exigiendo líderes con visión y preparación.
Aquí es donde surge una preocupación profunda: ¿estamos preparados para navegar en este escenario? En una ciudad como Ciudad Juárez, donde el comercio internacional, la migración y la seguridad dependen tanto de acuerdos globales como de políticas nacionales, no podemos permitirnos líderes que solo piensen a corto plazo o que estén atrapados en ideologías rígidas. Los problemas que enfrentamos aquí son un microcosmos de las dinámicas globales: desde el flujo de migrantes que buscan un futuro mejor hasta los tratados comerciales que sostienen nuestra economía.
Un claro ejemplo de esto es el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), que ha sido un elemento clave para nuestra economía local. Sin embargo, este tipo de acuerdos implica obligaciones y desafíos que requieren un liderazgo informado y proactivo. ¿Cuántos de nuestros políticos realmente comprenden las implicaciones de estos tratados? ¿Cuántos están preparados para aprovechar estas oportunidades y minimizar los riesgos?
Es evidente que el análisis de cualquier situación, ya sea legal o política, requiere una mirada objetiva y pragmática. En política, no podemos darnos el lujo de aferrarnos a ideologías sin considerar las realidades de un mundo globalizado. Esto aplica no solo para los líderes, sino también para nosotros, los ciudadanos.
Por ello, debemos exigir que quienes nos representan estén preparados para entender y responder a los retos internacionales. Esto no solo significa conocer las reglas del juego global, sino también ser capaces de adaptarlas a nuestra realidad local. El liderazgo efectivo debe basarse en hechos, no en dogmas; en resultados, no en discursos.
En este contexto, Ciudad Juárez tiene todo para ser un ejemplo de resiliencia y desarrollo. Nuestra posición geográfica, nuestra cultura y nuestra historia nos convierten en una ciudad con un potencial único. Sin embargo, ese potencial solo se materializará si trabajamos juntos para construir un liderazgo informado y comprometido, y si como ciudadanos entendemos la importancia de participar activamente en las decisiones que nos afectan.
La política internacional no es un concepto lejano. Es una realidad que moldea nuestras vidas cada día. Como abogada, como ciudadana y como habitante de esta gran ciudad fronteriza, creo firmemente que solo enfrentando estos retos con preparación, pragmatismo y unidad podremos construir un futuro mejor para Ciudad Juárez y para México.
Hoy más que nunca, entender el mundo es esencial para entendernos a nosotros mismos. No podemos ser espectadores pasivos en un entorno global que avanza sin esperar. Es momento de alzar la voz, exigir mejores líderes y, sobre todo, actuar con la responsabilidad que nos exige el lugar que ocupamos en este mundo interconectado.
¿Qué opinas sobre el papel de México en el escenario internacional? ¿Estamos preparados para enfrentar los retos que vienen? El debate está abierto.
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