Según Freud, el miedo al abandono puede estar relacionado con la angustia de separación, un tipo de ansiedad que los niños experimentan al estar separados de su figura primaria de apego (generalmente la madre). Freud creía, y ya más tarde se comprobó por la ciencia, que la relación temprana con los cuidadores es fundamental para el desarrollo emocional del niño, y cualquier interrupción o separación prolongada puede generar miedo o angustia.
En sus escritos sobre la angustia, Freud menciona que los bebés experimentan una forma primitiva de ansiedad cuando se sienten separados o distantes de su figura materna, lo que podría ser visto como el origen del miedo al abandono. Esta angustia de separación se convierte, en muchos casos, en una fuente de inseguridad y ansiedad en las relaciones interpersonales futuras.
Freud también explicó que las personas desarrollan un profundo miedo a la pérdida del amor durante el desarrollo psicoemocional. Este miedo puede estar vinculado a un sentimiento de dependencia hacia los padres. El temor al abandono, por lo tanto, no solo se refiere a una separación física, sino también al miedo de perder el amor, la aprobación y el cuidado de las figuras parentales.
Es preciso también explicar que en la edad adulta puede seguir de manera inconsciente ese miedo al abandono y estar experimentando esa angustia de perder el amor vinculándolo con miedo al rechazo o al fracaso, pero como siempre lo externamos en la opinión de esta columna, es necesario entender que, quien tiene miedo al abandono, termina siendo abandonado, y esto no es por causa de alguna maldición, ni por algún castigo de Dios, esto ocurre porque en el primer abandono que es por supuesto realizado por los padres, el niño no puede hacer nada sino crecer con dicha angustia, pero también es menester precisar que un niño puede ser abandonado, pero un adulto no, por tanto ese sentimiento de abandono es en realidad un miedo infantil que deberá ser resuelto en terapia para terminar con un muy probable patrón psicológico de ser abandonado.
Para esto es necesario explicar que en efecto la persona pudo haber sufrido un abandono en su niñez, pero que en la adultez esta persona está abandonándose asimismo de manera inconsciente, por tal motivo se recomienda un proceso terapéutico en el que la persona resuelve ese abandono que recibió en su infancia así como aprender a no abandonarse así mismo, para entender las cosas de manera diferente y así obtener resultados diferentes.
“Todo aquel que tiene miedo al abandono, termina siendo abandonado”.
-Barrón.
Me gusta leer sus artículos, me quedé con ganas de leer su libro "el otro no existe"