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Juárez y su falta de cultura vial.

Foto del escritor: Oscar David HidalgoOscar David Hidalgo

Muchos coinciden en que las calles de Juárez, se encuentran mal planeadas y diseñadas, destacando que las avenidas principales no cuentan con acotamientos, con cruces peatonales, puentes, carriles de circulación bien definidos y otras tantas que carecen de los señalamientos gráficos necesarios; aunado a lo anterior, Juárez también carece del personal suficiente en las instituciones de seguridad pública pues faltan muchos policías viales para hacer frente a la problemática de tráfico y tránsito que se vive en esta localidad fronteriza.


En sí, pudiésemos referir que la autoridad tiene mucho trabajo por hacer, ya que asume la obligación de satisfacer las necesidades viales que imperan en esta ciudad, desde el reclutamiento y contratación de mayor personal, así como su adecuada capacitación, hasta la creación de estrategias que permitan disminuir al mínimo posible tal problemática, el trabajo es arduo, pero es necesario que se tome en consideración y se actúe en consecuencia, pues la ciudad lo amerita, su crecimiento es tal que la institución vial debe evolucionar, pero evolucionar de una manera considerable en la que, el uso de las tecnologías, sea en beneficio del bien común y no solo de unos cuantos, ejemplo, el uso de cámaras de solapa que realmente funciones, la adquisición de servidores que tengan una capacidad de almacenamiento que permita mayor tiempo de resguardo de las videograbaciones, entre muchas otras cosas.


La otra cara de la moneda es la ciudadanía, esa que carece de una cultura vial que le permita vivir en armonía, día a día vemos como se exceden los límites de velocidad por las diferentes arterias viales, y ante la falta de autoridad, los conductores provocan una serie de accidentes que tienen a esta ciudad en una verdadera encrucijada, hoy por hoy, las muertes producidas por accidentes viales se siguen incrementando y lamentablemente, quienes pierden la vida, no necesariamente son quienes ocasionan el accidente.


La imprudencia, la falta de pericia, la arbitrariedad y la falta de cultura vial, son una constante en nuestro diario vivir y responsabilizan de manera directa al ciudadano, ese que considera que los señalamientos viales se encuentran solo de adorno, ese que discurre con la autoridad en que los límites de velocidad son ilógicos, ese que por su ligereza pone en riesgo su vida, la de las personas que lo acompañan y la de los demás conductores y que en reiteradas ocasiones prefiere ofrecer dinero al servidor público, en lugar de cumplir con las disposiciones legales.


Generar estrategias que permitan aleccionar a la población en esos valores necesarios para una cultura vial, y que actualmente, pareciera que se han perdido, es una labor titánica con la cual no puede la autoridad misma, por lo que, a consideración de quien suscribe se debe involucrar a la ciudadanía; empero, como lograr tal mancuerna si se ha perdido por completo el respeto a la autoridad, el ciudadano no confía en el policía vial y esto se debe a una fama que el propio servidor público se ha creado. 


Sin embargo, la ciudadanía debe entender que, debe cumplir con la obligación que le imponen todas las disposiciones legales, en el caso que nos ocupa, debe dar cumplimiento al Reglamento de Vialidad y Tránsito del Municipio de Juárez, además, debe entender que el juego de la corrupción no es solo por parte de la autoridad, ya que en diferentes ocasiones es el propio ciudadano quien ofrece la dádiva al servidor público. 


Según Vargas Llosa “Los pueblos a veces se equivocan, y a menudo la pagan caro. Por regla general, los pueblos tienen los gobiernos que merecen tener, aunque luego se arrepientan”.

La inseguridad vial, podrá disminuir en el momento en que, ciudadanía y autoridad trabajen de la mano, respetándose mutuamente y realizando cada quien, lo que es su deber elemental, es decir, cumplir a cabalidad las disposiciones normativas, respetar los señalamientos restrictivos, tener un poco de civilidad al ceder el paso, en otro orden de ideas, es necesario volver a la escuela vial, pues pareciera que, como ciudadanos hemos perdido dicho compromiso.

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