top of page

¿Es el ausentismo un símbolo de una “generación de cristal”?

Foto del escritor: Lety VillarrealLety Villarreal

El ausentismo en las escuelas durante las temporadas de bajas temperaturas ha captado la atención de educadores, padres y autoridades. Este fenómeno, común en invierno, plantea un debate que trasciende la salud y la logística escolar: ¿se trata de una respuesta comprensible ante el clima adverso o de una muestra de la llamada “generación de cristal”?


Por un lado, es innegable que el ausentismo tiene causas justificadas. Las temperaturas han rondado la sensación térmica de -14°C y con ello aumentan los riesgos de enfermedades respiratorias como gripes y bronquitis, especialmente en niños más vulnerables. Muchos padres optan por mantener a sus hijos en casa para evitar complicaciones, una decisión que cobra sentido cuando se considera que muchas escuelas carecen de calefacción adecuada o infraestructura que proteja del frío extremo. En este contexto, la salud prevalece como prioridad. También debemos considerar que, en ciertas regiones, las distancias que deben recorrer los estudiantes para llegar a sus escuelas pueden volverse peligrosas por las condiciones climáticas, como carreteras congeladas o nevadas intensas.


Sin embargo, también es cierto que algunos consideran que esta tendencia refleja una menor tolerancia al malestar. La narrativa de la “generación de cristal” sugiere que las generaciones actuales prefieren evitar cualquier incomodidad, incluso a costa de responsabilidades como la asistencia escolar. Esto podría interpretarse como un efecto de una sociedad que privilegia la sobreprotección, pero también como un avance en el cuidado del bienestar físico y emocional. Además, este fenómeno no solo afecta a los estudiantes; muchos padres, al trabajar desde casa o tener mayor flexibilidad laboral, también pueden influir en la decisión de priorizar la permanencia en casa durante los días de frío.


El debate no es sencillo. Mientras que generaciones pasadas se enfrentaban al frío con una mentalidad de "es parte de la vida", las actuales cuestionan si es necesario exponerse cuando existen riesgos reales. Este cambio de mentalidad refleja una evolución en los valores sociales, donde la comodidad y la salud tienen un lugar destacado, pero también abre la pregunta sobre cómo enseñar a los jóvenes a manejar la adversidad. Aquí entra en juego el papel de las instituciones educativas, no solo como espacios de aprendizaje académico, sino también como entornos donde se forman valores y actitudes ante los retos de la vida cotidiana.


Un aspecto relevante en esta discusión es el impacto del ausentismo en el rendimiento académico. Numerosos estudios han demostrado que las interrupciones frecuentes en la asistencia escolar pueden afectar negativamente el aprendizaje, especialmente en materias acumulativas como matemáticas y ciencias. Este es un desafío que las autoridades educativas deben abordar con estrategias innovadoras, como el uso de plataformas digitales que permitan a los estudiantes seguir el ritmo de las clases desde casa en días de ausencia inevitable. Al mismo tiempo, es necesario fomentar un diálogo abierto entre padres y maestros para establecer criterios claros sobre cuándo es prudente faltar a clases y cuándo es posible asistir tomando las precauciones adecuadas.


Las autoridades educativas y los padres enfrentan el reto de equilibrar estos factores. Por un lado, deben garantizar que las escuelas ofrezcan condiciones adecuadas durante el invierno, invirtiendo en infraestructura y diseñando planes que minimicen el impacto del clima. Por otro, es fundamental inculcar en los estudiantes la importancia del compromiso y la resiliencia, enseñándoles que ciertos desafíos, como el frío, también pueden superarse con preparación y actitud. Las comunidades escolares pueden desempeñar un papel clave al organizar actividades que refuercen el sentido de pertenencia y el valor de la asistencia, incluso en condiciones adversas.


¿Es el ausentismo un símbolo de una “generación de cristal” o simplemente una adaptación a nuevas prioridades? Quizá la respuesta esté en el punto medio. Reconocer las realidades de hoy no significa renunciar a valores como la fortaleza y el compromiso, sino encontrar formas de equilibrarlos con el cuidado personal y la comprensión del contexto.


Al final, el objetivo no es solo que los niños asistan a clases, sino que crezcan como individuos capaces de enfrentar los desafíos de manera responsable y resiliente. En este sentido, la discusión sobre el ausentismo escolar es también una oportunidad para reflexionar sobre los valores que queremos transmitir a las próximas generaciones y cómo podemos prepararlas para un mundo donde el equilibrio entre bienestar y responsabilidad sea clave para su éxito.

1 Comment

Rated 0 out of 5 stars.
No ratings yet

Add a rating
Guest
Jan 28
Rated 5 out of 5 stars.

Para mí sí es parte de esa “generación de cristal “ en el cual las prioridades han cambiando y se deja de lado la educación escolar

Like
DIRECTOR GENERAL FRANCISCO HIDALGO

Volición, El poder de la actitud agradece a sus colaboradores por su gran volición al participar con la comunidad mediante sus experiencias, opiniones y artículos compartidos, aportando un gran valor a la sociedad, orientando y generando conciencia en cada tema que publican en nuestra revista digital.
Es un honor contar con ustedes.

CONTACTO

We'd love to hear from you

volicion.png
  • Instagram
  • Facebook
  • Twitter
  • YouTube

PRONTO ESTAREMOS CONTIGO

bottom of page