El escritor y filósofo Oliver Clerc, nos ha compartido mediante la poderosa analogía de “la rana que no sabía que estaba hervida”, la importancia de ser conscientes de los cambios peligrosos que enfrentamos de manera gradual, para lograr tomar medidas proactivas y evitar fatales consecuencias.
¿Qué sucede si una rana cae en una olla con agua hirviendo?
Las ranas tienen un sistema de alerta que les permitirá escapar de la olla con agua hirviendo inmediatamente logrando alejarse del peligro. Asimismo, tienen la capacidad de adaptación progresiva, es decir, que si el agua está templada y la temperatura va subiendo gradualmente, no lo notaran y para cuando se dé cuenta, ya habrá utilizado todas sus energías para lograr adaptarse al cambio, saltar del peligro ya no será opción, estará tan débil que incluso, ya ni siquiera lo podría intentar y terminará hervida.
Mientras esto sucede, ella piensa que habría encontrado un hermoso lugar para nadar, chapotear, descansar e incluso sentirse feliz y afortunada, sin darse cuenta de que pronto acabaría con su vida.
Lo mismo sucede con las personas, al inicio de las relaciones amorosas, todo nos parece encantador, los detalles, los derroches de amor, las atenciones y el bombardeo de dopamina no nos dejará ver las señales de alerta y comenzamos a aceptar situaciones al grado de normalizarlas.
Hace algún tiempo, me encontraba en una relación en la que era constante la prohibición de muchas actividades, entre ellas, la de seguir estudiando mi carrera, asistir a festejos con mis compañeros de trabajo o escuela; al inicio, en efecto, lo tomaba como una “muestra de amor”, ilusamente creía que estas prohibiciones eran porque quería pasar más tiempo a mi lado, sin darme cuenta, poco a poco, mis redes de apoyo fueron disminuyendo, siendo yo la causante de alejar a mis amigos y familia.
Aunque al inicio de las relaciones amorosas todo se torna color de rosa, conforme pasa el tiempo surgirán problemas, mismos que tendremos que afrontar, en mi caso, tomé la mala decisión de nunca defenderme, recibiendo insultos y gritos, dañando así mi salud mental, vivía en una constante depresión, mi autoestima era nula y mis sueños ya estaban en el olvido, estaba tan dañada psicológicamente que había dejado de creer en mí misma. Si alguna vez me atrevía a querer resolver los problemas mi agresor siempre me culpaba de sus actitudes y acciones, era tanto su poder sobre mí que termine creyendo que yo era la causante de todos los problemas en la relación.
Si, era tan recurrente el culparme de todo que termine creyendo sus palabras, algunas de sus “justificaciones” fueron que, si me engañaba, era porque yo lo orillaba a hacerlo; que si me gritaba, era porque yo lo sacaba de su juicio; que si me dejaba de hablar, era porque yo le causaba tristeza; que si me pegaba era porque yo lo provocaba.
La manera en que mi agresor me violentaba, me hacía caer en el engaño de que todo lo que hacía era por mi bien, sin embargo, el tiempo fue pasando y pase de ser agredida psicológicamente a la agresión física en repetidas ocasiones, sin darme cuenta, estaba siendo consumida por el agua hirviendo, todas mis energías las estaba gastando por mantener una relación que no terminaría nada bien, minimizando las situaciones de peligro y normalizando las acciones que me hacían daño.
Después de años de vivir así, me arme de mucha fuerza y valor para pedir ayuda, saltar de la olla y lograr salvar no solamente mi salud mental, sino también mi vida.
Tener una relación con un narcisista, sin lugar a duda, ha marcado un parteaguas en mi vida, aprendí que siempre existirá alguien que sí crea en ti y te ayudará a abandonar esa olla de agua a tiempo.
Hoy, las leyes son muy claras para quien agrede a una mujer, gracias a ellas y a los operadores jurídicos puede ser protegida. Me di cuenta que tenemos más herramientas para no enfrentar esto solas, porque debo decirlo, muchas veces no me atreví a hablar porque no tenía el valor de enfrentarme a los cuestionamientos, pues todo pareciera que está en nuestra contra cuando decidimos hacerlo.
Revictimizar a quien está siendo violentada me parece tan aberrante y gracias a eso quienes hemos tenido que vivir en un círculo de violencia muchas veces no podemos controlar las situaciones, caemos en un cuadro de depresión y nos damos por vencidos.
Para mí, no es un orgullo decir que fui violentada, de lo que sí me enorgullezco es que pude salir adelante pese a las amenazas que recibí, en el trayecto he conocido hombres y mujeres extraordinarias que me han extendido sus manos, a las cuales les debo un profundo respeto, pues el apoyo incondicional me ha ayudado a superar la situación, y aunque a veces he fallado en el intento vuelven a levantarme para que pueda continuar sanando.
El proceso de sanación más difícil no ha sido el de los golpes físicos, sino los golpes emocionales, con la ayuda de un equipo de psicólogos que se me asignó ha sido más fácil sanar, dejemos el tabú de pensar que pedir ayuda psicológica es únicamente para personas que tienen demencia. Hoy, ese pensamiento ya está superado, quiero animarte a que si estas pasando por una situación similar des ese paso y te atrevas a pedir ayuda, puedes escribirme si la necesitas.
Con este artículo pretendo seguir generando conciencia sobre quienes están siendo manipulados con esa agua “templada”, nadie merece pasar por esto, salta ya de esa olla, no permitas que consuman tu energía para su beneficio y luego para cuando ya no les sirvas de desechen.
La falta de voluntad de quienes se encuentran en estas situaciones muchas veces termina de la peor manera, la muerte. En México se estima que aproximadamente el 70% de las relaciones en pareja han sufrido algún tipo de violencia, ya sea física, psicológica, económica o sexual.
Hasta este punto, debo aclarar que no solamente las mujeres sufrimos de violencia con nuestras parejas, sino que también existe un número significativo de hombres que son atacados y se enfrentan los desafíos que ya he mencionado.
El hecho de que exista una fiscalía especializada en la mujer es por la deuda histórica que se les tiene, pues somos mayormente afectadas en estos temas por innumerables razones que ya desarrollare en próximos capítulos, así que quienes piensan que estas fiscalías promueven la desigualdad de género los invito a seguirme leyendo.
La violencia en pareja ha incrementado por la “normalización” de conductas inaceptables.
Fomentemos el respeto mutuo, eduquemos a nuestros hijos en el tema, para que no sean hervidos en el círculo de violencia no solamente de pareja sino en todos los ámbitos.
Es momento de la reflexión
¿En qué grado de ebullición te encuentras en este momento?
¿Aún tienes energía para poder salvar tu vida o ya estás a punto de ser hervido?
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