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El respeto humano del policía.

Foto del escritor: Oscar David HidalgoOscar David Hidalgo

Con frecuencia se habla del derecho a la dignidad humana, el cual está contemplado en el artículo 1º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (CPEUM), y que es consistente en un valor intrínseco que es inherente a todo ser humano, por el simple hecho de existir, pero que, en lo personal, poco se valora.

Entonces, si hablamos de dignidad, como un valor universal y referimos que todos, estamos llamados a gozar del mismo, por ende, el estado se obliga a respetarlo, es indispensable, aterrizar este derecho humano en un grupo específico de la sociedad, un grupo que se encuentra dotado de poder por parte del estado y que es creado para preservar y salvaguardar la seguridad, la paz y el orden públicos, me refiero a los policías, sin embargo, he sido testigo de cómo en nuestra comunidad, el trato hacía los guardianes del orden público, es totalmente de afrenta por parte de la población y miserable o mezquino por algunos mandos de las corporaciones policiales.


Decía Max Weber “el estado es cualquier comunidad humana que reclama con éxito el monopolio del uso de la fuerza”, así, el policía debe ser un personaje digno de ejercer el cargo que se le confiere, pues su semblanza debe reflejar la autoridad que amerita, una autoridad humana, encaminada al bien común. 

Para lograr dignificar a todos aquellos que forman parte de una Institución policial, es necesario barrer las escaleras, -como se debe- de arriba hacia abajo, primero, por parte de quienes tienen algún cargo, grado o mando, dentro de alguna corporación, pues no se puede dignificar una Institución si dentro de la misma, se ejercen actos contrarios a tan deseada pretensión.


Para su logro, refiere María José Bernal, que se debe atender al fortalecimiento de las instituciones y los programas preventivos, profesionalizando a los policías y encaminándolos hacia una cultura que tenga como fin la solución de los conflictos y no la función represiva que ha enmarcado la actividad policial durante mucho tiempo y que es la que origina el denigrante trato que reciben estos héroes urbanos.


En el estado de Chihuahua, el policía tiene la oportunidad legal de lograr una verdadera profesionalización, pues cuenta con el Instituto Estatal de Seguridad Pública, que otorga licenciaturas y maestrías de manera gratuita y que van encaminadas a la labor policía, no obstante, dicha profesionalización requiere de un gran sacrificio tanto por el agente y su familia, quien deja de verlo por largas jornadas, así como por la institución que representa, la cual tiene que ajustar horarios, roles de servicio, entre otros, para permitir que el policía cuente con un turno que se adecúe a las necesidades de capacitación del servidor público; por ende, la profesionalización policial, en muchas ocasiones, deja de ser prioridad, aunado a que los horarios de labores y el estrés, se vuelven exhaustivos y agobiantes.


Según la Real Academia de la Lengua Española, dignificar significa “hacer digno o presentar como tal a alguien o a algo”, mientras que la palabra digno hace referencia a ser “merecedor de algo”, de tal manera que hablar sobre la dignificación policial, nos invita a reflexionar sobre la revaloración del trabajo policial y la posición de este frente a la sociedad, incluyendo el respeto y materialización de los derechos laborales inherentes a tan loable profesión.


No basta entonces, con promesas en los aumentos de salario -que bastante ayudaría-, tampoco se trata de buscar acceso a buenos créditos para los policías -de los cuales muchas veces carecen-, ni siquiera de idear nuevas políticas que permitan un mejor desarrollo policial; por el contrario, se vuelve indispensable, el trato humano y solidario de toda la corporación, la mejora en sus condiciones laborales, el reconocimiento a su desempeño para la Institución y, en especial, para la sociedad, crear un liderazgo que permita generar confianza entre la tropa y sus mandos y que, con el paso del tiempo, se logre conformar un equipo unificado y de camaradería que realmente represente a la Institución policial. 


Luís Raúl González Pérez, refirió que “se debe repensar la relación entre la sociedad y las policías para estar en posibilidad de reconstruirla bajo parámetros de respeto, colaboración y legalidad, que contribuyan a la cohesión social y a elevar la calidad de vida de las personas y comunidades”.


Es indispensable actuar en esa reconstrucción social, ya que el policía al ser garante de la seguridad y la convivencia social, se vuelve indispensable en una comunidad y la relación entre esa comunidad y el encargado de su salvaguarda debe ser tal que auxilie a una correlación armónica, libre de prejuicios y escudos sociales que se presentan en medio de lo que debería ser una sana relación.


En Ciudad Juárez, existen una gran cantidad de policías que aman su trabajo, que desarrollan conductas propias del servicio público y que forman parte de lo que es un verdadero servicio profesional de carrera, no obstante, a pesar del entusiasmo que se esboza en cada una de las actividades que realizan, su imagen se daña y/o se deteriora, cuando por diferentes circunstancias, algún mal elemento es señalado por incumplir con sus obligaciones.


Como sociedad, debemos mostrar una actitud diferente frente aquellos que están alerta para que podamos disfrutar de un buen paseo y entender que, como seres humanos, la dignificación de los policías empezará por el cambio de actitud y aptitud de cada uno de nosotros, los ciudadanos quienes debemos respetar el trabajo que se lleva a cabo y la autoridad que los mismos representan; de manera recíproca, la autoridad debe buscar un cambio que garantice el respeto de los derechos humanos, pues se insiste, los policías son garantes de la seguridad y la convivencia pacífica.


“Debajo de cada uniforme, existe un ser humano que vive y siente igual que tú”


2 Comments

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Guest
Apr 18, 2024
Rated 5 out of 5 stars.

Muy bien

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Guest
Apr 17, 2024
Rated 5 out of 5 stars.

Bien dicho.

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DIRECTOR GENERAL FRANCISCO HIDALGO

Volición, El poder de la actitud agradece a sus colaboradores por su gran volición al participar con la comunidad mediante sus experiencias, opiniones y artículos compartidos, aportando un gran valor a la sociedad, orientando y generando conciencia en cada tema que publican en nuestra revista digital.
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