El poder del celular.
- Oscar David Hidalgo

- 26 ago 2024
- 4 Min. de lectura
En días pasados encontré en redes sociales un video que lleva por título “el celular es muy poderoso”, dentro del mismo se desglosa el avance que ha tenido el aparato telefónico, desde su creación, logrando el desplazamiento del teléfono fijo, la televisión, la computadora, el reloj, la cámara fotográfica, la agenda escrita, la tarjeta bancaria, entre muchas otras cosas.
Sin embargo, algo que llamó sobre manera mi atención y que se que todos estamos conscientes de ello, es el hecho de que también esta matando las relaciones sociales, hoy en día, las reuniones, ya sean familiares y/o de amigos, se ven opacadas porque estamos al pendiente del teléfono celular, enviando y recibiendo mensajes, compartiendo en redes sociales todo lo que hacemos y buscando ciber relaciones, pues los mismos nos vuelven omnipresentes al permitir iniciar un juego y poder conectarnos con personas de distintos países al mismo tiempo, lo que es un grave riesgo para la guarda de información sensible.
Aristóteles decía “el hombre es un ser social por naturaleza”, y ciertamente nacemos con esa necesidad de vivir en comunidad, misma que, con el paso del tiempo va madurando, al grado de que podemos elegir con quien reunirnos, con quien pasear y con quien compartir el resto de nuestros días; empero, que es lo que pasa cuando la tecnología llega a nuestras vidas, parecería que estas se encuentran dominadas y controladas por ese aparato que forma parte inseparable de nuestro diario vivir, los Tigres del Norte ya lo profetizaban cuando compusieron su canción “El Celular”, en la que referían “también tiene sus inconveniencias, pues se acaba tu privacidad, cuando el jefe tiene una emergencia, me saca del baño no me deja pensar…”.
En ese sentido, algo de lo que mayor peligro ha generado es que, el hecho de encontrarnos en una era digital y que todo mundo tenga acceso a ello, nos lleva a pensar en los niños, niñas y adolescentes, que han dejado de lado los juegos lúdicos y los deportes que les permiten crecer y desarrollarse como lo que son “niños, niñas y adolescentes”, impera en ellos el uso excesivo de las TIC’s y afecta directamente la sociabilización de los mismos y lo más lamentable es que, la culpa no la tienen los pequeños, pues ellos aún no tienen la capacidad para comprender el significado de lo que ocurre, el verdadero problema radica en los padres de familia que son quienes entregan esos aparatos a sus pequeños, a quienes deberían amar y cuidar, y entre los actos que realizan se encuentra el de violentar los términos y condiciones de las redes sociales para crear a sus hijos perfiles falsos a efecto de que los mismos puedan interactuar con otros “pequeños”, sabemos que eso no es lo que ocurre y que existen en internet muchos lobos vestidos de oveja, que buscarán al más vulnerable para ocasionarle algún daño.
Son los padres de familia quienes buscan una nana o niñera, digital, pues esta no les cobra y mantiene entretenido a quien se mete de lleno a su uso, observando videos que llenan la cabeza de esos antivalores que los llamados “influencer’s” están transmitiendo día a día y que hace que los pequeños quieran entrar a los retos y poner así en riesgo su salud y su vida.
Ahora bien, según Adriana Méndez, en su guía infantil, refiere que “pruebas médicas e imágenes de resonancia magnética”, han logrado comprobar daños cerebrales a los niños principalmente, y mucho de ello se debe a la exposición prologada de las pantallas digitales, siendo una de las consecuencias el agotamiento cerebral pues el ser humano no está preparado para ello y no nació con estas aptitudes físicas, dicho agotamiento trae aparejado el empobrecimiento del lenguaje así como alteraciones en el sueño y problemas de atención, y ciertamente, vemos como han crecido los diagnósticos clínicos en ese sentido.
Pero el problema cognitivo no es el de mayor envergadura, pues algo que se presenta constantemente es la manera en la cual reacciona una persona menor de edad, cuando se le pretenden castigar retirándole el uso de los aparatos electrónicos, los berrinches que realiza cada vez son mayúsculos y logran dominar a sus padres quienes optan por regresar el aparato con tal de no enfrentar a sus hijos, porque ahora nos han hecho creer que, disciplinar a un hijo es ir en contra de sus derechos y sus libertades, empero, si no se le enseña el valor del respeto, de ninguna manera se podrá aprender este por sí mismo, en otro orden de ideas las cuestiones afectivas hacía los padres, pasan a un segundo lugar.
Aún estamos a tiempo de darle vuelta a la tortilla, pero debemos empezar por nosotros mismos, si eres padre de familia, has a un lado tu teléfono celular, abraza a tus hijos, invítalos a leer contigo, a salir a pasear, a hacer algo de deporte, demuéstrales que te interesan y que puedes llevar una vida social interesante, además de que podrás dedicar el tiempo de calidad que la familia requiere, una sociedad sana, es aquella que aún cuenta con un activo tangible único como lo es la familia, esa en la que los valores se maman, donde el respeto es indispensable y donde se conoce el porqué de la vida.
Te invito a que intentemos hacer que nuestros niños, niñas y adolescentes, vuelvan a vivir una verdadera niñez, con juegos de mesa, con ejercicio, con lecciones de vida que pudiésemos estar a tiempo de enseñar, olvídate de dar a tus hijos lo que tú no tuviste de tus padres, al contrario, enséñales a trabajar a vivir a luchar por aquello que quieren y para eso, es necesario hacer a un lado los aparatos electrónicos.
La tecnología se ha creado para hacernos más sencilla la existencia, no para hacer que dejemos de existir.




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