El psicoanálisis sostiene que las motivaciones para elegir pareja son, en gran medida, inconscientes en las que intervienen experiencias infantiles, los vínculos con los padres y las primeras figuras de apego influyen en nuestras relaciones adultas así como el llamado por Freud complejo de Edipo que son esas relaciones románticas que están relacionadas con el deseo inconsciente de encontrar en la pareja características de las figuras parentales, ya sea para repetir lo positivo o intentar reparar lo negativo, esto quiere decir que buscamos personas que representan aspectos familiares (similares a nuestros padres) o que despiertan conflictos no resueltos.
Ejemplo: Si una persona tuvo un padre autoritario, podría atraerle inconscientemente alguien con esa misma personalidad, repitiendo el patrón.
La repetición de patrones (compulsión de repetición)
Freud introduce el concepto de compulsión de repetición, que implica la tendencia inconsciente a repetir situaciones dolorosas del pasado en nuestras relaciones actuales, esto sucede porque el inconsciente intenta "resolver" esos conflictos no superados, de tal forma que las conductas actuales de todas las personas es porque están inconscientemente resolviendo algo, aunque la persona consciente busca felicidad y estabilidad, el inconsciente podría llevarla a elegir parejas o generar dinámicas que repiten viejos conflictos.
Ejemplo: Alguien que creció en un entorno de abandono podría buscar parejas emocionalmente distantes, intentando inconscientemente "reparar" ese abandono.
Los mecanismos de defensa en las relaciones
El psicoanálisis describe que usamos mecanismos de defensa inconscientes para proteger nuestro yo en las relaciones. Entre los más comunes están:
Proyección: Atribuimos a nuestra pareja características o emociones que no reconocemos en nosotros mismos.
Ejemplo: Criticar a la pareja por ser egoísta, cuando en realidad nosotros mismos lo somos.
Idealización: Al inicio de la relación, tendemos a "idealizar" a la pareja, proyectando en ella cualidades perfectas. Esta ilusión suele romperse cuando surgen conflictos.
Negación: Evitamos ver problemas o aspectos negativos en la pareja para no enfrentar la realidad.
El amor como satisfacción de deseos inconscientes
Freud plantea que el amor y la sexualidad están íntimamente relacionados con el deseo y los impulsos inconscientes. Las relaciones de pareja, en muchos casos, son una forma de buscar satisfacción a estos deseos reprimidos.
El psicoanálisis entiende que las relaciones son complejas porque están profundamente ligadas a nuestro inconsciente, elegimos a nuestras parejas no solo por amor o afinidad consciente, sino también como una forma de repetir, reparar o comprender conflictos internos no resueltos. Las relaciones son una oportunidad para enfrentar nuestras sombras, integrar nuestras partes inconscientes y crecer como individuos.
Desde la perspectiva freudiana, el amor romántico es una mezcla entre los impulsos eróticos (deseo sexual) y las necesidades de vínculo afectivo.
De tal manera que en la mayoría de los casos la pareja con la que tenemos afinidad o de la que nos “enamoramos”, en realidad es el reflejo de todas mis necesidades y miedos no resueltos.
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