Las mujeres, madres de familia activas en las corporaciones de sociedades y asociaciones de padres en las instituciones educativas, por muchos años, han predominado y se han destacado por ser y estar en mayoría, así como tener esa actitud positiva, intrínseca por colaborar y estar siempre dispuestas e inmiscuidas en las actividades propias que emanan de las escuelas formales del nivel básico (jardín de niños, primaria y secundaria), si bien, no es algo novedoso que, tanto en los centros de readaptación social, como en las instituciones de educación básica abunden, en un alto porcentaje, las mujeres, las mamás; no es casualidad, sino son causalidades que distinguen a las madres por enfrentar problemáticas que afectan o benefician a toda una familia y a toda una sociedad. Quizá algunos afirmarán, otras personas se preguntarán… ¿Por qué más mujeres que hombres son las que andan activas colaborando dentro y fuera para contribuir a contrarrestar las necesidades más básicas de los centros educativos?
Siempre he hecho mención que, no es lo mismo llevar a los niños a la escuela que estar con ellos en la escuela.
Precisamente, la raíz de la palabra educación proviene de educare, que significa, más que otras cosas o situaciones, instrucción… Pero también se compone de educere, que significa acompañamiento, guía, conducción, entre otras formas según lupas de intelectuales, y es aquí cuando muchas personas no entienden este concepto, o más bien, sí se entiende, pero no se aplica tal y como es debido.
Educere, desde mi lupa, es aquel acompañamiento en todos los procesos que intervienen en la educación de un ser humano, tanto en la casa como en la escuela, es empatizar con aquellas personitas que requieren apoyo tanto intelectual, como físico y socioemocional; inclusive espiritual. La educación formativa es justamente eso, desbastar una piedra en bruto para ir dándole una forma, una mejor forma de lo que los mismos adultos ya llevamos consigo mismos, esculpiendo permanentemente y a detalle con mejores evolucionadas herramientas y depurando aspectos que se necesitan para formar mejores obras, mejores ciudadanos, mejores seres humanos. Y no me refiero solamente a los padres de familia, sino a todas las partes que conforman una sociedad educativa en proceso de formación que son, los estudiantes, los padres de familia y docentes. Es por tal motivo, además, sería ideal que, no solamente una persona de las que conforman la familia se responsabilice y/o se haga cargo del proceso educativo de las niñas, niños y adolescentes de este bello mundo; así como también no sería, ni justo ni correcto, que los planteles educativos se hicieran totales responsables del perfil de egreso de los estudiantes; es decir, que todos los trabajadores implícitos en un plantel educativo se hicieran cargo del proceso educacional congruente con el desarrollo de habilidades, destrezas, capacidades, competencias, hábitos, valores, actitudes, saberes, pensamientos, lenguajes, y personalidades múltiples, entre muchas otras situaciones educativas para la vida, como el apoyo a las características propias de las etapas de maduración por las que los niños van pasando, ya que las escuelas no son hornos de microondas en donde, se llevan a los niños para meterlos cierta temporalidad, y ya cuando estén al punto, sale un producto ya listo para ser digerido... En pocas palabras, la mejor manera de educar es el acompañamiento de todas las partes que conforman la escuela de la vida, empezando por la familia y continuando el acompañamiento en cualquier ámbito en el que un ser humano se vaya a desempeñar, continuando con las instituciones sin soltar la casa, sin soltar a la familia.
Aún no es necesaria una investigación exhaustiva para darnos cuenta de que las mujeres sobresalen, por mucho, en esta responsabilidad, basta asomarnos en una reunión de padres de familia, ya sea para emprender un proyecto escolar, o para hacerse cargo de una actividad educativa, donde la participación mayoritaria son mujeres, madres de familia que se involucran más directa e indirectamente en el proceso de acompañamiento educativo de los hijos. Quizá lo estoy observando desde un punto de vista regionalista o cultural, porque el machismo que aún existe en nuestro país, implica, desde nuestros antepasados, que la mujer es la que se debe hacer cargo de los hijos; es por ello que todavía el festejo del 10 de mayo, día de las madres en México, tiene bastante trascendencia y se valora, así como se agradece la participación genuina de la madre en la escuela y se le retribuye de forma agradecida con un bonito y significativo festival. Aunque no descartemos el rompimiento de tal paradigma que en algún momento llegará quizá. Lo cierto es que ya muchas instituciones, manejan los conceptos de igualdad y equidad de una manera en la que se trata de involucrar a ambas partes; un ejemplo de ello es que algunas escuelas ya no festejan el día de las madres como tal, sino que convocan al padre y a la madre para celebrar juntos.
¿Qué pasará con la mayoría de los hombres, padres de familia de esta época a los que les falta más educere?
Creo, pienso y siento que nos hace falta más acompañamiento, responsabilidad e información para poder ir a la par en tan importantes procesos, recordándole al lector que, educar no solamente es instruir, ni memorizar ni aquilatar conocimientos, sino también existe un proceso de maduración en lo físico en lo socio emocional y en lo espiritual, de los cuales, los principales artistas escultores, formadores, creadores de obras maestras y ejes motores de acompañamiento para nuestros hijos somos, indiscutiblemente, los padres de familia.
Comments