Hay una sopa y dos bocas que alimentar. La primera es la zozobra, el miedo, la intolerancia, el juicio y la ofensa; la segunda es un sentido de paz, conexión, calma, tolerancia y respeto. ¿A quién estamos alimentando?
Ante la polarización de ideas me pregunto ¿Qué es lo que necesitamos demostrar? ¿ser poseedores de la razón y de la verdad? ¿señalar y ofender al otro para ‘reafirmar’ que somos nosotros quienes estamos bien?
¿Que se cree que estamos manipulados? ¿y cuándo no lo hemos estado?
¿Que se asegura que nos están imponiendo agendas? ¿Y apenas nos damos cuenta?
¿Que las creencias e instituciones más importantes y tradicionales están siendo desafiadas? ¿acaso deben permanecer intactas y anacrónicas? Habrá que preguntarnos si han estado funcionando y qué aspectos deben evolucionar.
¿Que hay signos del final de los tiempos? ¿Y si son reales? Pero, ¿y si no lo son?
¿Que el mundo está en decadencia? Sí. No lo dudo. ¿Y necesitamos añadirle más odio, temor, dolor y polarización?
¿Que hay ‘minorías’ que están adquiriendo poder? ¿Acaso nos sentíamos mejor cuando estaban siendo oprimidas? ¿Acaso se les debe negar un lugar? ¿Controlar?
¿Que cuando las ‘minorías’ ganan derechos los que no somos minoría los perdemos? ¿Son derechos o son privilegios? Pero si eres de los que creen que los derechos son invenciones de las élites para manipular ¿qué sentido tiene hablar de derechos?
¿Que estamos siendo adoctrinados? ¿Qué no se trata de eso la cultura y la tradición desde el inicio de los tiempos? Me alegra que lo cuestionemos. ¿Y si de pasadacuestionamos más cosas?
¿Que hay teorías de conspiración? Quizás no son teorías, sino hechos. Y no sería algo nuevo.
¿Que hay un diseño mundial elaborado por las élites para disminuir el crecimiento de la población y privilegiar solo a unos cuantos? Las ‘minorías’ podrían desaparecer de formas muy trágicas.
¿Que tu verdad es La Verdad? Es tu verdad.
¿Que las religiones se van a acabar? Quizás lo que sucederá es que evolucionen, pero Dios y tu vida espiritual pueden permanecer.
¿Que viene un futuro incierto y desastroso? El futuro siempre es incierto y no aún existe.
Es válido defender nuestras creencias, nuestros derechos, nuestros esquemas, nuestros principios. Elevar la voz; atraer el interés a lo nuestro. Provocar cambios de pensamiento, comportamientos y cultura.
Ojalá lo hagamos sin violencia, sin reprobar al otro, sin burlarnos, sin minusvaluarlo, sin prejuiciar, sin ridiculizar, sin minimizar.
Ojalá lo hagamos desde un espacio edificante, no desde un espacio de odio, miedo y control.
Ojalá prestemos oídos sordos a quienes, con sus dichos y opiniones, por muy fundamentadas y expertas que puedan parecer, si producen sufrimiento, ansiedad, dolor y zozobra, las rechacemos. ¿Vale la pena cederles nuestra paz? Optemos por dar cabida a otras voces que edifiquen desde la paz y la dignidad.
Al final del día, creo que nuestro poder individual es ultra limitado ¿qué caso tiene subirse a este tren de odio y prejuicio? ¿Vamos así a contribuir a cambiar las situaciones?
Invito a ‘defender’ primero la paz interior, la conexión con nosotros mismos y la vida espiritual como premisa básica. De lo contrario, resulta fácil que seamos secuestrados por los miedos y el dolor. Confío en que ese trabajo personal se expandirá hacia nuestros círculos más próximos.
Sinceramente dudo que ocurran cambios positivos en el mundo si estamos anestesiados y como zombies espirituales (no hablo de alguna religión en particular) subiéndonos a un ring totalmente manipulado.
Creo que el ‘nuevo orden mundial’ ocurrirá cuando cada persona sea consciente del auténtico espíritu de Dios que está presente en su interior y con ello nos subamos a un ring colectivo de transformación mundial.
Y usted ¿a quién va a alimentar?
Saludos.
Diana Chávarri
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